Descripción
En los últimos años, el queso rulo de cabra ha sido la estrella de las ensaladas, plancheado, gratinado, caramelizado o sencillamente desmenuzado, este queso graso enriquece platos con gusto, fundiéndose ligeramente entre las frescas hojas de lechuga, combinando con ingredientes dulces como cebolla confitada, confituras o coulis de frutas, reducciones de vino o vinagre, frutos secos, frutas frescas, bacon frito, picatostes, cebolla frita…
La mayoría de los amantes del queso hemos abusado del consumo del rulo de cabra y no sólo en ensaladas, también en aperitivos, platos de pasta, pizzas, verduras, rellenos, etc. La demanda de este tipo de queso ha provocado también el aumento del producto en el mercado, donde encontramos un amplio abanico de calidades y formatos de venta, desde el rulo entero (al corte) hasta mini rulos de queso de cabra.
Este rulo de cabra es un queso de pasta blanda, blanca, cremosa, sin ojos, fundente, con distintos tiempos de maduración y con corteza, siendo esta de mohos blancos. Se elabora a partir de leche pasteurizada de cabra por coagulación láctica, siendo un queso que se rompe con facilidad, permeable y húmedo, con un entramado de las proteínas semi sólido que retiene una importante proporción de suero líquido.
Para su elaboración se utiliza la leche de cabra pasteurizada, fermentos, cuajo natural y sal. Su contenido en grasa suele ser de un 27-30%, y aporta alrededor de 300 kcal. por cada 100 gramos. Su sabor es suave pero intenso, pudiendo variar en dulzor y en acidez, muy untuoso en el paladar.