La fabricación del Gruyere sigue unas etapas, seguidas estrictamente por los productores de leche, los maestros queseros y los afinadores de la zona. En una primera etapa de elaboración del queso Gruyere, la protagonista indiscutible es la leche de sus vacas, alimentadas únicamente con forraje natural, hierba fresca en verano y heno en invierno sin aditivos. Para elaborar un queso Gruyere de 35 kg se requieren aproximadamente 400 litros de leche fresca cruda. Los fermentos lácticos y las cuajadas se añaden a la leche en cubas.
La leche cruda es ahora una masa compacta que es necesario cortar hasta la obtención de granos. Las ruedas son almacenadas en una cava para quesos durante 3 meses, en los que reciben los cuidados diarios de los maestros queseros. Pasados los tres meses, las ruedas pasan a las cavas de afinado, para madurar lentamente, en un ambiente muy húmedo y fresco. A partir de los 10 meses de maduración, el Gruyere llamado reserva, consigue un sabor un poco más fuerte y aromático.
Algunas ruedas serán afinadas hasta 18 y en algunos casos hasta 24 meses, el Gruyere ideal para los que quieren sensaciones fuertes. El queso Gruyere, presenta una alta cantidad de calcio y de fósforo. El queso ruyere puede ser el protagonista indiscutible de tus tablas de quesos acompañado de fruta fresca, cortado en finas lonchas o virutas.
Prueba a gratinar unos espárragos verdes con este queso. Siguiendo la tradición francesa, puedes preparar riquísimas quiches o crepes de bacon, setas y queso Gruyere.